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domingo, 9 de enero de 2011

La fundación y el Café García

Decididamente el fútbol estaba a punto de calar hondo en la sociedad vizcaina, son los últimos años del siglo XIX. Fueron ingleses, sí, quienes lo trajeron al tiempo que se acercaban en sus bergantines en busca de mineral del rico subsuelo bilbaíno. Minas y fútbol eran entonces dos conceptos inseparables, como lo fueron también al otro lado de la península, en Huelva, donde aquel extraño deporte estaba echando raíces con la misma seriedad.

Llegó de Inglaterra, y por la Ría, con un balón en las bodegas de aquel bergantín que fue desembarcado en aquella campa bilbaína que ya para siempre quedaría bautizada como "Campa de los Ingleses", aunque con el tiempo su aspecto iba a distar mucho de lo que en realidad es una campa.

Aquella semilla prendió pronto y con fuerza. A finales de siglo todo el mundo hablaba del "foot-ball" como algo que enriquecía el espíritu y desarrollaba el físico. De ahí que fuera en un gimnasio, el Zamacois, donde aquel deporte lograría sus primeros practicantes más o menos en serio. Eran todos aquellos que escasamente estaban facultados para practicar la pelota o el remo, deportes que desde siempre han calado muy hondo en la sociedad vasca.

Se estaba empezando a colocar la primera piedra en la fundación del Athletic, que en un primer momento se dio en llamar Bilbao Foot Ball-Club, y que tuvo en siete hombres, los siete "magníficos", unos entusiastas fundadores. Juanito Astorkia fue una figura destacada, junto con Alejandro Acha, los hermanos Iraolagoitia, Montero, Enrique Goiri y Luis Márquez. Decían que el nuevo deporte era cosa de once, pero ellos se empeñaron en formar un equipo a toda costa. Y como para ello era fundamental encontrar un escenario adecuado, se montaron en el tren que hacía el recorrido Bilbao-Las Arenas a la búsqueda visual de un terreno apropiado. Lamiaco era ese lugar. Y allí, en Lamiaco, junto al paseo de Zugazarte, iban a verse los primeros partidos en serio del Athletic. Sería poco después de que el fútbol cobrara carta de naturaleza ampliándose los escenarios a otros lugares en los que jugaban otra gente, como en la campa de la vega de Santa Eufemia, por Neguri...

Carlos Castellanos había sido, casi sin él saberlo, el primer presidente de aquel equipo llamado Bilbao Foot Ball-Club, y así queda reflejado en los anales de la historia, a pesar de que Castellanos apenas sí pudo ver los posteriores resultados, falleciendo en 1903. Así que cuando llegó el nuevo siglo, Bilbao ya sabía lo que era tener un equipo de fútbol, solo que aquel 5 de febrero de 1901...

Ilustración del Café García
Ese es un día vital para explicar los orígenes del Athletic como tal club. Sucedió en una de aquellas habituales tertulias del café García, en plena Gran Vía bilbaína. En sus instalaciones tuvo lugar la primera reunión entre los chicos del Gimnasio Zamacois y futbolistas del Bilbao F.C. para nombrar una comisión organizadora –presidida por José María Barquín, Juan Astorquia y Enrique Goiri–, cuyos trabajos derivarían el 5 de septiembre de 1901 en la creación del Athletic club.

El acta de tan memorable asamblea señalaba que se declaraba abierta la primera sesión de la sociedad y que presentaba al Gobierno civil para su aprobación copia del acta, a fin de dar cumplimiento a las disposiciones legales sobre constitución de sociedades, y que se aceptaba el ofrecimiento del Bilbao Foot-ball “para, en unión de dicho club, arrendar al señor Aguirre los terrenos de Lamiaco con destino a campos de juego”. Puede que fuera en el mismísimo Café García donde el club bilbaíno acordó la equipación del equipo.

Deseosos los jugadores de contar con uniforme propio, el Athletic dio en vestirlos con camiseta blanca y pantalón azul. Un inglés conocido como mister Moser quiso donar un lote de camisetas inglesas, presentando para ello y como modelo, el maillot profesional tipo standard, hechura apropiada de Middlesbrough y de los doks del Támesis. Para entonces, ya la red había sido patentada por un tal mister Brodie, de Liverpool. Total que, al poco, llegaron al café unas camisetas mitad blancas y mitad azules, si bien el escudo del club lucía los colores del famoso Consulado bilbaino.

(Fuente: Equipos con historia: Athletic Club y Periódico Bilbao)