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miércoles, 28 de diciembre de 2011

Entrevista a: Pedro Aurtenetxe

(Entrevista publicada en el diario Deia el 29 de octubre de 2011 por Jose Luis Artetxe)

Pedro Aurtenetxe: "Lo mejor del himno es el 'geuria' que se corea detrás de 'Athletic': define al club"

Pedro Aurtenetxe, expresidente del Athletic Club
No quiere darse importancia por ser el presidente de los últimos títulos: le tocó así y añade que la suerte, básica en el fútbol, contribuyó lo suyo para arrebatarle al poderoso Real Madrid aquellas dos ligas por márgenes mínimos. Y le gusta el fútbol que ahora se practica con Bielsa

Bilbao. Considera Pedro Aurtenetxe (Bilbao, 1933) que la figura del presidente se ha distanciado de la gente con el paso del tiempo, en parte porque las costumbres de vida en la calle han ido cambiando. Pondera a aquellos salidos de Neguri por su sensibilidad, pese a su ideología, y cataloga a Beti Duñabeitia, quien le pasó el testigo, como su maestro. Remata así su reflexión: "A ver si el de ahora nos borra a todos".

¿Cómo vive hoy el fútbol un expresidente del Athletic?

Lo del cargo es algo que ya está pasado de moda. Me interesa el fútbol en lo que atañe al Athletic. Cada vez me gusta menos ver un partido entre el Manchester United y el Chelsea y más ver un Athletic-Córdoba. Creo que con la edad te haces más a ver a tu equipo que a ver el fútbol en general. El fútbol se está escapando del fútbol porque se ha mercantilizado tanto que la gente ha ido perdiendo la ilusión, por eso digo que te vinculas más a tus colores que al fútbol en sí mismo.

Pero esto de la mercantilización no es de ahora, viene de bastante atrás.

Ya, pero todo esto que rodea ahora al fútbol… Mira qué problemas plantea la distribución de los ingresos, es algo que está completamente hilvanado con lo deportivo. Solo hay dos equipos que no se equivocan, al menos de manera grave, porque siempre traen gente contrastada, mientras que el resto no puede.

Bueno, cuando usted lo presidía el club se saltó esa barrera que establecen los poderosos.

Pero entonces solo había tres extranjeros por equipo, por eso les pudimos. Ahora tienen ocho o diez en la alineación. Estamos rezando para que Platini ponga en marcha eso del 6+5, que es algo que creo que sí se va a hacer y cuando todos estén obligados a jugar con medio equipo de casa… Pero esta norma tampoco les va a afectar tanto a los más poderosos porque mira el caso del Barcelona. Ya no se limitan a comprar en el mercado, ahora los traen con 14 años y los forman, como a Messi. El Bayern Munich tiene por todo Europa distribuidos quince chavales para que se vayan haciendo en clubes de menor nivel.

Pero aquellos tres extranjeros de los ochenta marcaban diferencias.

Sí, Maradona en un lado, Hugo Sánchez en el otro. Pero hoy es más difícil si tú solo vas con la cantera. Encima, los vecinos nos venden más caro para facilitarnos las cosas. No te dejan sembrar dorsales, jugadores sí vas haciendo, pero no dorsales. Quiero decir que no siempre puedes formar lo que necesitas para cada puesto concreto y a veces tienes que mover a alguno de sitio para compensar lo que te falta. Cuando salga una buena camada, un equipo completo, se podrá hacer algo.

Por lo que dice, ve lejos los títulos.

No, la Copa sí la veo. Tú por lo menos vas a ver un par de ellas más. La Liga es un poco más difícil. También hará falta que con los precios actuales tengas la fuerza para sujetar a los mejores. Antes ya se sujetó a gente importante, como Iribar y otros, pero ahora no sé si esto es posible. Por eso igual no nos interesa tener un Pelé y sí unos jugadores con una media de calidad buena.

Usted tuvo un equipo así y ganaron Liga y Copa.

Esto es como un sorteo, te toca una época gloriosa y ya está, sin más. Primero hace falta un elenco profesional bueno y luego que no tengas lesiones, que los árbitros no se equivoquen porque piensa cómo pesan estos factores si ganas ligas por un punto o empatado a puntos con el segundo, que así pasó entonces. Hace falta suerte con las lesiones y los arbitrajes. Otra cosa es ganar el título con siete puntos de ventaja, así nos vamos todos a la romería.

Su mandato se recuerda por los títulos, más a medida que pasan los años y no llegan más, pero todo no sería bonito.

Tienes espinas y flores. Es verdad. Para llegar a la flor tienes que pincharte, en el fútbol como en cualquier orden de la vida.

Empezó en el club como directivo.

Estuve con Beti Duñabeitia de presidente. Estaba en la comisión deportiva, en la que mandaba José Luis Panizo y, ya sabes, a un pelotero como él le tienes devoción. Yo era su recadista. Me mandó que fuese a hablar de sueldos, premios y primas con los jugadores. Los delegados de la plantilla eran Irureta y Villar. Yo hice el recado. Recuerdo que volví a donde Panizo y le dije que no había firmado nada por si éramos campeones de Liga porque no tenía un criterio para eso. "Dales el campo" me contestó. Ese día me di cuenta de la diferencia que hay en la forma de enfocar los temas entre un profesional y alguien que, como yo, no lo era. Se me quedó clavado.

Pues no pasaron tantos años hasta que el Athletic fue campeón.

No porque entramos con Beti en el 77. Entonces creo que los presidentes vivían más en contacto con el pueblo, se hacía más vida en la calle, las costumbres eran las que eran, olían el sentir de la gente, palpaban más lo que pasaba. Por ejemplo, cuando yo era joven recuerdo a Enrique Guzmán como un gran presidente, era un bilbaino que utilizaba el lenguaje del pueblo. Mi padre, por ejemplo, solo hablaba de Luis Casajuana (presidente del club entre 1935 y 1943) y te enterabas de que sabían cuáles eran las raíces del Athletic y ejercían en consecuencia. A Casajuana le pasó que Franco, vía Moscardó, le mandó que dejase San Mamés para aquellos alardes sindicales de la época y el Athletic contestó que no, que iban a joder el campo. Obligaron a que se celebrase el acto y dimitió toda la junta. Esto me lo contaba Urizar, un amigo cuyo padre perteneció a esa directiva. Luego, tengo la sensación de que los presidentes se han ido distanciando del pueblo.

¿Usted en qué grupo de presidentes se incluye?

Yo he sido mucho de calle. He sido discutidor, txikitero, txokero, he tenido los hábitos de los ancestros, de joven me hice a esa política y me iba bien. Pero mi maestro fue Beti. A ver si el que tenemos ahora nos borra a todos.

¿Lo dice por Urrutia?

Dentro de su hermetismo, es sesudo, le da vueltas a las cosas, hace como que no oye, pero lo coge todo. Creo que ha acertado con el entrenador, ahora el equipo hace un fútbol más bonito. El fútbol son logros, sobre eso no hay ninguna duda, pero está el fútbol de ver y el de conseguir. Creo que si hay fútbol bonito tienen que venir los resultados. Casi todos los entrenadores son bastante amarradores, pero este de ahora tiene el desparpajo de jugar igual fuera que en casa. La referencia que yo tenía de Bielsa era el partido de Chile contra España en el Mundial, que si no es porque falló el portero de la Real, Bravo,… Le pregunté a Miguel Gutiérrez por Bielsa y me dijo que era el mejor del mundo. Ha sido un acierto traerle.

¿Por qué dio el paso de convertirse en presidente?

Me quedé solo. Beti terminaba y no iba a seguir, la gente de la junta estaba cansada, entonces no se repetía tanto en estos cargos, diría que la gente era incluso más formal y se marchaba a su casa porque ya había cumplido. Pero dentro empezaron a decirme que siguiera y tiré para adelante. Tampoco se hacían estas campañas electorales que se han hecho después, todo era mucho más sencillo y el tratamiento de los medios era más normalizado. Luego todo esto se ha complicado, bastante además. Son unas semanas muy molestas.

En el gobierno del club hubo un antes y un después que vino a coincidir con su época en la directiva. El Athletic lo llevaba antes la gente de Neguri.

Así era, pero vino una especie de vuelta una vez que la gente se quitó la losa de Franco. Hubo un renacer hasta descarado, todos fuimos descubriéndonos, fue saliendo lo que habíamos vivido en casa y se encendió esa ilusión por querer demostrar qué éramos. En tiempos de Beti ya se puso la ikurriña en San Mamés. Sí, hubo muchos años en que las opciones políticas de los presidentes y del pueblo eran distintas, pero fueron buenos presidentes. Creo que el Athletic siempre ha sido un paraguas en el que todos nos hemos podido sentir identificados. Se decía Aúpa Athletic y se entendía lo que se quería, cada cual podía hacer la interpretación a su gusto. Con Beti se vivió esa transición en el Athletic.

Esa idea del paraguas que comentaba ha sido y es importante.

Ahora mismo esto de ETA al club también le va a venir bien. Lo digo pensando en las Peñas, que las que hay por todos lados fuera de aquí tienen un mérito… Es para darles de comer aparte. Recuerdo cuando ibas, no sé, a Andalucía y te venían unos peñistas a saludar y resultaba que acababan de matar en Somorrostro a un guardia civil del pueblo de al lado al suyo. Lo que tenía que aguantar esa gente por ser del Athletic. Esa nebulosa política le ha hecho mucho daño al club: de ser los más queridos por nuestra filosofía a vernos maltratados porque se nos identificaba con un tema tan feo. En parte también por culpa de la manipulación de los medios que nos metían a todos en el mismo saco. Esto de que todos somos de ETA se ha acabado y de alguna forma el Athletic lo va a agradecer.

Ya que ha sacado el tema, su directiva vivió el secuestro de Juan Pedro Guzmán.

Como comprenderás fue un tema bastante desgraciado. Sabíamos que Juan Pedro tenía un espíritu que le permitiría aguantar un tiempo por lo menos. Pero luego hay gente a la que le quedan secuelas para siempre de una experiencia así. La implicación de todo el Athletic fue tremenda. Fue muy desagradable, se sufrió mucho, pero Juan Pedro lo llevó muy bien y, que yo sepa, no le dejó ningún lastre.

Ante la pregunta de qué otro episodio le marcó negativamente durante su mandato, la respuesta es obvia.

Fue el affaire Clemente-Sarabia. Siempre hay vivencias amargas como aquella y otras que se viven de una forma más interna, que tienes que ir metiendo en la mochila que lleva un presidente.

Las generaciones más jóvenes quizás no sean conscientes de la repercusión que tuvo esta historia.

Dividió bastante a la masa social. La gente tomó partido y eso divide, pero tampoco creo que durase demasiado. A nivel personal, estuve un tiempo sin hablar con Javi, pero luego ya hubo un acercamiento al estar Villar en la Federación. Con Sarabia tengo una gran amistad y hablamos largo y tendido cuando coincidimos en algún sitio. A Javi hace tiempo que no le veo. Le suelo ver más a su hijo, Xabier, que es un chaval excelente y luego me he enterado de que también como profesional es de nota.

¿Cómo tomaron la decisión de darle la dirección del primer equipo a Clemente?

Primero se le fichó porque hacía falta un técnico para el Juvenil y le dimos una vuelta. Había estado en el Basconia y el Arenas, había salido de los dos sitios y llevaba un par de años vendiendo Adidas. La desgracia que tuvo como jugador también influyó para cogerle. Una vez dentro sí le empecé a seguir y vi que hacía una labor bastante buena con el grupo. Luego se le subió al segundo equipo, donde estuvo dos años. Arriba estaba Iñaki Sáez, que también llevaba Lezama y como había un equipo más o menos hecho y Javi conocía de varios jugadores porque los había tenido el en filial, se dio el paso. Y el primer año dejó al equipo en cuarta posición.

Vamos que fue un proceso bastante natural.

Tenía unos riesgos, no cabe duda porque no tenía pedestal para subir al primer equipo. Recuerdo que le mandamos una semana a Inglaterra a que viese cómo se trabajaba allí. Tampoco tenía muchas vivencias del primer equipo porque le lesionaron siendo muy joven. Hablé con Piru Gainza, le comenté que podía ser un soporte importante si se sentaba con él en el banquillo. Piru me dijo que no iba a aceptar, pero sí lo hizo y creo que formaron un tándem muy bueno. Piru le asesoraba y bien además, por todo lo que él conocía del fútbol.

A usted le tocó también lo del traslado a Ibaigane.

No era mi primera opción, pero la Diputación que presidía José Mari Makua se adelantó. La segunda opción era en El Arenal, donde ahora hay un hotel había un solar que tenía por su ubicación un toque más bucólico. La tercera opción era Ibaigane, que por la foto que tenía tuvo más partidarios. Se quisieron meter los de las Juntas Generales, pero ahí se le dijo a Makua que no, que era para el Athletic.

La operación fue un chollo desde el punto de vista económico.

Se compró muy bien, sí. Quedó claro que el jardín sería de usufructo público y el palacio, de uso privado del Athletic. Yo hubiese querido destinar el espacio posterior al edificio para levantar allí un lugar para los socios, pero bueno. Por cierto, nada más hacerse la operación nos vino una compañía americana interesada en montar allí un casino.

Antes hablaba de cercanía al pueblo en relación a los presidentes, pero mayor expresión de eso que la celebración de los títulos en la gabarra…

Nació un poco de que pensábamos en aquellos recibimientos en el autobús que pasaba por los pueblos camino de Bilbao. Fue tremendo, sobre todo por el hambre de títulos que todo el mundo tenía entonces. Era un poco como ahora, en lo del hambre digo, pero no creo que pase mucho tiempo.

Y la guinda de las celebraciones fue el himno.

Se veía la conveniencia de tener un himno que fuera un poco más serio y que fuera en euskera, con otra letra. Se propuso en junta y José Mari Arrate dijo que él se encargaba, empezó hablando con unos curas y terminó con Bernaola y Zubikarai. Ceci Gerrikabeitia también intervino, se grabó en Madrid y quedó un himno muy bonito. Aparte de que todo el mundo se lo sabe, a mí lo que más me gusta, lo mejor de todo es ese `geuria' que se corea detrás de 'Athletic'. Es un término que dice mucho, que define lo que es el Athletic.

No hemos hablado de fútbol, del fútbol que hacía su Athletic campeón.

El equipo nuestro era muy competitivo y eso fue lo que nos dio los logros, pero para mí era más bonito el de Koldo Agirre, el que perdió las dos finales con la Juventus y el Betis, que eso es como hablar con dios, ya si pierdes más es que pierdes hasta la escalera.

¿Por qué dejó la presidencia?

Nunca un directivo había hecho más de ocho años y eso era como una regla. Yo no iba a ser más listo que los demás, había que dejar sitio a otros. Era como una tradición, una ley y me fui por eso. Ocho años son suficientes. Ya sé que hoy ser presidente del Athletic es otra cosa, hay mucho balcón, pero éramos como entendíamos que había que ser.

Lo dejó usted y se desató un clima electoral agrio que ha perdurado hasta hoy.

Sí, además con dos directivos que yo había cogido. A Arrate porque era mi amigo y a Lertxundi porque me lo recomendó Clemente, mira por dónde. Al parecer había colaborado en un homenaje que se le hizo. Y hablando de homenajes, me tocaron dos curiosos, el de Iribar y el de Rojo. A Iribar, que entregó todo el dinero del suyo para un diccionario en euskera, no sabía qué obsequio hacerle. Era el portero más importante que hemos tenido y fui a verle a Chillida, le explique para quién era el regalo y lo dio sin cobrar una peseta. No sé calcular el precio que aquella obra tendrá en la actualidad. Para el de Rojo llamamos a la Federación Inglesa para proponerles un amistoso que les propiciara una mejor acogida en Bilbao, que era la sede que le tocaba en el Mundial. Al principio se negaron porque su selección nunca había jugado contra un club, pero la idea de tener un buen ambiente aquí les gustó. Muchas veces lo que parece imposible es lo más asequible.