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lunes, 9 de diciembre de 2013

"El viejo San Mamés estuvo a punto de desaparecer por el Ensanche"

Artículo publicado por Jon Mujika en el diario Deia el 08/12/2013

Se confiesa un coleccionista apasionado. Todos lo son. Con el libro San Mamés. Memoria e historia de La Catedral aún caliente, los focos de la actualidad se proyectan sobre Joseba Moro, un hombre acostumbrado a trabajar en la sombra. No por nada, a sus 46 años asegura que lleva décadas coleccionando objetos e historias relacionadas con Bilbao, con el Athletic y con San Mamés. Guarda, como oro en paño, una sucesión de negativos sobre la construcción de la tribuna principal de San Mamés, con el arco. Y es un reconocido coleccionista de cromos de fútbol en ese mundillo.


Joseba Moro parece rematar de cabeza su libro sobre San Mamés. (Oskar Martínez)

¿Quién era el más difícil: Iribar?

¿Cómo dice?

Me refiero a los cromos...

¡Ah! El más complicado de conseguir en los años ochenta era Vicente del Bosque. Y sí, Iribar también era complicado en alguna que otra colección. Es un pasatiempo adulto, como cualquier otro.

Tanta historia para llegar al San Mamés del siglo XXI y encontrarnos con que hay gente que se moja...

Yo no me mojo, pero es cierto. Tengo que contarle que en 1953, cuando se construyó el arco de la tribuna principal, hubo las mismas quejas.

¡La solución, rápido!

Se alargó el voladizo un metro ochenta para que se mojasen menos, pero el agua, al final, acaba metiéndose, ya lo ven.

Dice la leyenda que hubo un aficionado que se subió al arco... ¿Lo hubiese hecho usted?

No es una leyenda. He llegado a identificarle. Se llamaba Jaime Gaucel Rodríguez. Y no, yo jamás hubiese subido al arco. Tengo pánico a las alturas.

¡Qué viejos tiempos en los que se cantaba en San Mamés!

Aunque suene extraño, no he encontrado documentación sobre que se cantase en San Mamés hasta los años setenta.

¿San Mamés mudo?

Yo no he dicho eso. En 1929, tras la portería sur, se hicieron célebres los bonis que gritaban y chillaban más que nadie en el fútbol, espoleados por una tal Bonifacio.

¿Qué historia de San Mamés le ha sorprendido?

Por ejemplo, que estuvo a punto de desaparecer de su emplazamiento habitual por el Ensanche de Bilbao en 1932 porque no era propiedad del club. En realidad, el Athletic llegó a tener otro campo en Torremadariaga. Dos. Pero luego vino la guerra en el 36 y aquello quedó en agua de borrajas.

Siga, siga..

Incluso se habló de algo en Asua, aunque la documentación no está clara, quizás se tratase de Lezama. O que el campo se pagó a escote, algo muy bilbaino.

La eterna pregunta: ¿campo o estadio?

Un estadio es un estadio y un campo de fútbol es otra cosa. Aquí nunca se ha querido la figura del estadio porque las pistas alejan el contacto del público, se pierde cercanía.

¿Está documentado el sobrenombre de La Catedral?

No hay una teoría fija. Se habla mucho de que San Mamés era la cátedra del fútbol y otra teoría apunta a que se sentía la misma emoción que al visitar un templo. Tengo más amarrado lo de los leones.

Los dos que aparecen a los pies del niño mártir: San Mamés.

O quizás no. Según se construyó San Mamés vinieron a jugar los Leones de Flandes y antes de la final de 1914 el Athletic aparece citado como los Leones del Norte. Es la primera referencia que he encontrado.

¿Recuerda la primera vez que pisó San Mamés?

Fue en un partido del Bilbao Athletic. Estaba detrás de una portería y durante todo el partido atacaron por la banda contraria a la mía. Nada que ver con el día en que fui a ver al Athletic, con las luces y toda aquella emoción.

Y admiraba a...

Dani. Era el que metía los goles. Y he sido muy de Argote, un futbolista con mucha clase. Recuerdo un partido en el que enloqueció a Marcelino.