Translate

martes, 14 de enero de 2014

El tercer hombre

(Artículo publicado por K-Toño Frade (hijo), en el libro "Susedidos botxeros y bilbainos selebres y txirenes")


Después del extraordinario triunfo de nuestro querido Athletic Club, consiguiendo el subcampeonato de Liga, y tras completar el emotivo homenaje popular y el paseo en camión, a la vieja usanza, entre una multitud enfervorizada, no puedo por menos que traer a este rincón botxero el recuerdo de aquellos viajes a Madrid a ver "nuestra" final de Copa y posterior recibimiento triunfal tras la casi segura victoria de nuestro club. Viajes y preparativos que nunca se borrarán de la memoria de mi niñez.

Cuántas veces he ido con mi ama a despedir a aita a la Estación de Abando. Qué nerviosismo. Allí se presentaba mi padre, con su traje y camisa blanca recién planchada, y una corbata rojiblanca que aún conservo, con los resultados escritos en tinta china, de las finales a las que había acudido. En su txapela "azul Bilbao" colocaba la banderita que hicieron famosa sus típicos "forofogoitias" y con la tortilla de patata dispuesta sobre un lecho de pimientos verdes fritos en una redonda hogaza envuelta en una inmaculada servilleta blanca anudada en lo alto, allá emprendía el viaje con el resto de la "Peña botxera", mientras el tren se alejaba hacia otra final más y la cabeza y la mano de mi aita se empequeñecían a punto de ser engullidas por el humo de la "Santa Fé" y por el oscuro puente de Cantalojas.

En todos estos eventos tiene que haber un organizador. El organizador de aquellos tiempos, en que apenas había agencias de viajes (así, de memoria, me acuerdo de Wagon-Lits Cook, en Hurtado de Amézaga), tenía que ser un valiente, que arriesgaba su tiempo y su dinero, aparte de poseer un enorme corazón rojiblanco. Y sólo podía haber una persona que reunía estas características: "El Tercer Hombre", que por su sobrenombre se le conocía a Don Mario Jiménez Egizabal. Bajo su reluciente calva bullían ideas a mogollón. Una de las que convirtió en realidad, aunque ya hubiera precedentes, fue la de organizar trenes a la final de Copa. Para organizar estos trenes, y para sus correspondientes campañas publicitarias, el bueno de Don Mario adoptó tan enigmático nombre de la película de Orson Welles, y como era un txirene de tomo y lomo, y más popular que la flauta de Jodra, con ese nombre pasó a la posteridad.

¡Tren a la final!, en cuanto aparecía el anuncio en la prensa o en E.A.J.28 Radio Bilbao, el Botxo es estremecía hasta su más apartado rincón. Miles de hinchas corrían a sacar los billetes, con entrada adjunta, y el comentario sobre la excursión era monotemático en todos los corralitos de la Villa, e igual que una epidemia iba contagiando a todos los bilbainos, y el que no estaba apuntado, corría como alma rojiblanca que lleva el diablo, a inscribirse. Todos los familiares acompañaban a la estación a los padres y hermanos. Todos iban y venían buscando su número de tren. El espectáculo, grandioso. Los balcones de las casas de Hurtado de Amézaga y García Salazar se habían engalanado de rojiblanco.

El viaje era un auténtico festival. Don Mario cuidaba, a ritmo de bilbainadas hasta el último detalle. Nadie sabía cómo se las arreglaba, pero conseguía de numerosas firmas comerciales txapelas rojiblancas de plástico, gorros, caramelos, chocolatinas, pajaritas o cornetas y otros muchos regalos. Cada tren poseía su servicio médico. Y es que estaba en todo.

Como se solía regresar con la "Copa", los recibimientos a aquellos trenes y posteriormente al equipo, eran apoteosicos. La tradición de los recibimientos en Bilbao venía de lejos. Recibir en triunfo al "Chiquito de Abando", al Orfeón Bilbaino o al Athletic Club, era ya historia en la Villa. El mismo Mario Jiménez, el gran Mario Ugarte y el inolvidable Txomin Barullo, fueron las almas de aquellos eventos. Pero eso lo contaremos en otro tiempo. Hoy acabaremos con un grito unánime, ¡Aupa el Athletic!

(Artículo originariamente publicado en 1998 en el periodico 'Bilbao')

-------------

Información sobre el autor:

K-Toño Frade, hijo


Juan Antonio Frade Villar, "K-Toño Hijo" nace en Indautxu en 1945. Es hijo de Juan Antonio Frade "K-Toño" (Bilbao 1914 - 1992) conocido pintor, cartelista, dibujante y periodista.

Cursa los estudios de Primaria y Bachiller en el Colegio Francés y el Instituto Miguel de Unamuno, y posee el título de Deliniante Proyectista de Arquitectura.

Desde los dieciseis años alterna su trabajo en estudios de arquitectura, donde se especializa en perspectivas de edificios con sus dibujos humorísticos en diversas revistas.

Como cartelista ha ganado varios primeros premios y ha realizado los carteles de varios congresos de Peñas del Athletic Club. Destaca como ilustrador y caricaturista. En el mundo de la publicidad es conocido por el diseño de cátalogos e infinidad de logotipos.

Trabajó como deliniante durante los siete años que duró el Plan General de Ordenación Urbanística de Bilbao. Al finalizar éste, se dedica profesionalmente a la pintura, especializándose en temas costumbristas vascos y marítimos. Como escritor de temas locales y costumbristas bilbainos, colaboró en el periódico "Bilbao" (1993-2007).

Ha sido nombrado "Bilbaino del año" por el Alcalde de la Villa en la "Aste Nagusia 2007".