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viernes, 14 de febrero de 2014

Sabor a San Mamés

Artículo publicado por Jon Uriarte en el diario El Correo el 13/02/2014


"Como en casa en ningún sitio". Es una máxima que llevamos en nuestra tierra hasta el paroxismo. Sea en asuntos gastrómicos o de balón. Somos de fútbol casero. Al menos los jugadores. No hay temporada en la que no coman más y mejor en casa que fuera. Como si en San Mamés el guiso alcanzara su punto perfecto. O puntos. Este año no es una excepción. Cierto que el Celta jugó a ser el Athletic y que nos presionó hasta en la ducha. Pero, salvo Osasuna, raro es el plato que devoramos fuera. Algo que choca con la cantidad de comensales dispuestos a acompañar a los leones en sus salidas gastronómicas. Ya saben que este es un rincón que recuerda a los pródigos de San Mamés. Así que les voy a hablar de Gorka y su sueño. Que no es otro que el suyo y el mío. El de comer, antes de ser comidos, en casa.

Gorka Ortiz cumplirá el 21 de febrero 43 años. Nació en un periodo rojiblanco de entre copas, poco antes de que se permitieran dos extranjeros y nuesta singularidad quedara aún más subrayada. Como otros, pegó las primeras patadas en su barrio. En este caso Iturribide. Vivía con sus dos hermanas, su madre Isabel que murió cuando él tenía 8 añitos y su padre José Luis del que Gorka se acuerda, sobre todo, cuando juega el Athletic. Pero la vida le llevó lejos al cumplir tres décadas. Primero a Alicante. Donde conoció a Marta, una guapa colombiana que le cambió la vida. Ella tenía familia en Girona, así que se fueron a Cataluña. Y allí está, en el Hotel Hipócrates de Sant Feliu de Guíxols, haciendo lo que mejor sabe. Cocinar. Lo había demostrado antes en el Puntal de Laredo, en la Casa Vasca de Deusto, en el Serantes 2 y en el Indusi con el gran 'Padre Bene'. Lo del fútbol tampoco se le daba mal. "Estuve federado y fui portero de futbito". obviamente su ídolo es Iribar. Al mencionarlo nos ponemos a hablar de rincones athleticzales. "Ahora hay otro santuario más". Se refiere al que han montado en Sant Feliu. "Decidimos comprar un piso y un vecino nos comentó que a 50 metros había una taberna vasca". Un guiño del destino. En la puerta se puede leer 'Butron Berria'. Su dueño se llama Patxi y es de Trapaga. "Nos conocimos hace siete años y somos amigos del alma". De ahí que queden para ver los partidos y estén en pleno proceso de creación de una peña. Para que el Athletic entienda de una vez que siempre juega en casa. Algo que pudo comprobar su hija Laura. "Está estudiando en Inglaterra y no te imaginas su ilusión cuando en el metro de Londres vio las fotos de Llorente cuando ganamos en Manchester". Al fin y al cabo, hay un pedacito del Athletic en cada rincón del planeta. Como en la pared de este bar. Se trata de una entrada de un partido muy especial. El que ganamos al Real Madrid por 1-0, el 16 de enero de 2010. Pero no solo por la victoria. "A aita le habían diagnosticado un cáncer y sabiamos que sería el último partido. Murió un mes después. Por eso lo recuerdo y por eso esa entrada estará en un lugar especial en nuestra peña". Seguro que entienden a Gorka. Y conpartirán por ello un deseo con él. Que sigamos imbatibles en casa. "Me dolió más perder el partido ante el Atlético en Bilbao que no pasar a semifinales". Porque San Mamés tiene un sabor especial. Bien lo sabe Gorka. Al fin y al cabo es cocinero. Y tiene muy claro que, como en casa, en ninguna parte. -Ya les he dicho a todos los catalanes, que vamos a ganar al Espanyol-. Estoy seguro. No hacerlo, sería un feo. Pero no solo a Gorka. A todos los comensales de San Mamés.